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Sinopsis

Gastón halla en el campo el cadáver de Gerardo, dueño del potro blanco Rayo de Plata, e impide que el animal sea muerto por El Manco.
Golpeado por Gastón, El Manco le dice que el potro, "embrujado", le estropeó la mano que ha sustituido con un gancho.
El potro se hace amigo de la niña Cecilia, que vive con su madre Eloísa, con su abuelo paterno Matías y con el viejo caballerango Licho. Gerardo, padre de la niña, purgaba quince años de cárcel injusta por culpa del banquero Remigio, patrón del Manco. Gastón desarma y golpea a un tipo que intenta quitarle su caballo por orden de Remigio.
Alojado por los parientes de Gerardo, que fue su amigo, Gastón revela a Eloísa la muerte de su marido. Al llamarlo El Manco con gritos de coyote, Rayo de Plata lo mata haciéndole caer por un barranco. Mientras los del pueblo van a la sierra a matar al potro, Gastón se deja encarcelar por el comisario Espergencio, pero usa los reflejos de un espejo -recurso inventado por Gerardo- para que su caballo le dé con la boca la llave de su celda.
Cecilia va a la sierra en su pony Heriberto y ayuda a Rayo de Plata a salir de una trampa. Llega Gastón, monta a Rayo de Plata para que el potro lo lleve donde Cecilia está a punto de caer por un precipicio y salva a la niña. Con Cecilia montada en Rayo de Plata, Gastón prueba la mansedumbre del potro.
Al quitar Gastón al potro una venda de los ojos, Remigio y los suyos se denuncian como culpables. Gastón vence a Remigio a puñetazos y se va con Espergencio y Rayo de Plata.

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